agosto 01, 2011

Réquiem por un cabrón

Esa mañana la ciudad amaneció empapelada con un nombre, que años atrás el solo escucharlo me helaba la sangre”.

He de decirle que usted fue el villano de dos años de mi historia.

Usted hizo que maquinara cualquier excusa para no tener que ir al colegio, me hizo odiar los lunes más que ningún otro día de la semana, y amar los fines de semana porque eran los únicos días  en que no tenía que verle la cara, ni aguantarme una bola de papel en la nuca, ni un empujón, ni una hilera de pupitres atropellándome contra el tablero para luego escuchar una manada de carcajadas.

Después de un tiempo no sé qué pasó, creo que fue por alguna azotada mutua contra el piso del salón o porque le salvé el pellejo en clase de Español, el cuento fue que usted no le vió más sentido a montármela como llevaba haciéndolo desde hacía dos años.

Hoy, cuando supe de su destino, quise saber cómo se habían dado los hechos, y lo que encontré fue una lista de mensajes describiendo a una persona ejemplar: amigo entrañable, amado novio, luchador incanzable, amante de la naturaleza …

Me reí y me dije: Como se nota que no lo conocieron cuando era más chico! Debió de madurar mucho en estos últimos años… Entonces se trataba de un niño que descargaba su dolor en otros con la misma intensidad con que él lo vivía… Al final del día, era solo un ser humano, como yo.

No creo que sea de relevancia en este momento, pero quiero que sepa, donde quiera que esté, que hace mucho tiempo lo perdoné; y aunque sus bromas no fueron para nada agradables, al pasar el tiempo se me olvidaron, total solo fueron estupideces de adolescente, nada más que eso.

Le prometo que la próxima vez que me encuentre con mi pasado, lo saludaré con la frente en alto.

Descanse en paz A.F.M.J.

P.D 1: Repudio las condiciones en que se dio su muerte.
P.D 2: Si nos encontramos del otro lado, tenga por seguro que le aventaré una bola de papel en la nuca, tal como en los viejos tiempos.