diciembre 24, 2012

Libre...

Creo que hoy se acabo esta guerra...


Me cansé , ya estuvo bueno, ya no más.

Desde que tengo uso de razòn me amedrentaste, me venciste, me tumbaste contra la lona una y mil veces. Me robaste horas de sueño, me hiciste contemplar mi escena de muerte en un sinfin de ocasiones.  Me dejaste en la lluvia, herido, cansado, muerto, torturado...

Fuiste uno de mis peores demonios, tomaste mil formas... incluso mil caras, entre ellas, las que yo mas quería.

Hace cinco años me atreví a pronunciar tu nombre... desde ese dia ya no te vi tan grande.

Hace tres llamé a las armas, empleé batallones y los eduqué para atacarte por todos los frentes.

Pero hoy... hoy después de muchas batallas y de ver morir a muchos de mis hombres, hoy... te he expulsado de mi nación y he acabado con el reinado de terror que ejerciste sobre mi durante mas de veinte años.

Si, se que siempre estaras aqui alrededor, asustandome, intentando atacar por el flanco más débil, pero sabras, ya me las arreglaré para enfrentar tu constante amenaza.

Hoy estoy agotado, estoy luchando contra un demonio mas grande que tu y que ha desatado todo un conflicto interno en mi patria. Pero tu... homofobia, closet o como quiera que te llames, hoy... ya no eres más que un insignificante duende.

He dicho.


diciembre 09, 2012

Quickie





Me gustaría decirle…

Que tengo mucho que hacer, que tengo que pensar en mi proyecto de la universidad que tengo que entregar en Enero pero que me tomo un poco de ese tiempo para pensar en el.

Que durante un rato en esta tarde recordé su espeso bigote, ese que le observé tan detenidamente hace unos días; También, en los labios carnudos que se le dibujan en medio de todo ese vello facial. 

Que “relincho” en esta tarde de domingo, aquí ataviado en mi estrés académico, mientras evoco esas curvas que se arman en su rolliza figura, las mismas que rocé con mi mano hace apenas unos días con el interés de entrar en contacto con su anatomía sin que el se incomodara.

Que cada vez que terminamos nuestras tertulias me gustaría acompañarlo hasta la casa y quizá robarle un beso en la entrada del edificio.

Que me gusta verlo sentado en el piso, hablando de los juguetes que aún le regalan, o de los dibujos animados que recuerda de su niñez. Aún cuando yo pretenda burlarme de algunos de sus gustos, lo que sucede en mi silencio es que me está empezando a gustar el niño interno que deja salir cuando está conmigo.

Y que hoy, en esta tarde de domingo, me hubiera encantado tenerlo en mi cama, no para devorarlo sino para que juegue con sus juguetes, para que cambie el canal de tv que no está viendo y yo pretenda que su actitud me molesta. 


Se lo diría todo ahora, pero prefiero que este cariño que le empiezo a tener se cocine a fuego lento y que no sospeche las ganas tan horribles que tengo de estar con el.