marzo 05, 2011

Que vienes siendo en realidad? Puto o Traqueto?? (Primera Parte)



Tengo que admitir que extraño a Jairo, aun siendo yo quien tomó la decisión de alejarse. Acepto que es difícil encontrar a alguien que tuviera el encanto y la serenidad que lo hacían único.

Jairo llego a mi lista de contactos una noche de abril, siendo el Diablo 23. Supongo que era tal mi aburrimiento que no opuse resistencia a que me hablara sin tener una foto, que para mi era un requisito ineludible, solo que estaba tan cansado del cotidiano interrogatorio “Hola como estas? Como te llamas? Activo o Pasivo?...” que cualquiera que me ofreciera una charla entretenida era bien recibido. Honestamente no recuerdo como iniciamos nuestra conversación, pero recuerdo que su conversación era amena, calmada , nos robábamos risas mutuamente y ninguno quería llegar más allá de lo que un primer encuentro decente permite; Eso si, fue tal la química que ninguno de los dos reparamos en intercambiar direcciones de Messenger y en darnos cuenta que existíamos… al menos visualmente.

Su cámara ofrecía una imagen pixelada, pero que suficientemente clara. No era un Adonis Caleño tipo Negro Salas (en los tiempos en que hacía de stripper en Paquita Gallego) pero tenía una cara de conejo que me parecía curiosa y hasta dulce, eso sin contar que el calor de su Cali natal me permitía apreciar su tórax desnudo: Una anatomía de Boy Next Door, simple y sin pretensiones. Para mí era suficiente. 

Me enteré que estudiaba Francés, que hacía modelaje, que como buen caleño era un teso para bailar salsa y por lo que leí entre líneas me imaginé que era de familia pudiente… “Un momento, modelaje? Hey! Eso hay que verlo para contarlo”. Paso siguiente lo busque en Facebook y había cometido el error de no bloquearlo a terceros. Pude husmear entre sus fotos y darme cuenta que apariencia de niño pudiente si tenía, pero Modelo? Empiezo a dudar…

Nuestra charla duro algo asi como de 10 pm a 4 am y eso porque yo tenía clase cuatro horas después. Nada, esa noche hubo repetición, conversación y hormonas, ya saben: él caliente, yo caliente, ambos solos en nuestros cuartos, y yo empleando una que otra palabra para subirle al fuego y finalmente accedimos a vernos en como Dios nos trajo al mundo. Recuerdo como movia sus manos alrededor de su miembro tamaño promedio que estaba tan bien acomodado entre esos muslos de futbolista, lampiños pero que son todo un manjar visual al detallarlos entre unos Denim descoloridos. Bueno, yo… la verdad ya saben como me va con la cuestión del sexo virtual, en realidad me gustaba lo que veía, pero hacia “mucho frio”, asi que tuve que esperar a que él se fuera para poderme consentir como era debido. Igual cuando me pregunto que si me había venido le dije que si y me pidió que le mostrara la “pruebita”… Ah Cosa Extraña! Bueno, igual me había mojado un resto con su exhibición y la magia de la iluminación hizo lo suyo, y bueno, a Jairo le pareció fantástico y nos despedimos esa madrugada, de momento.

Y así, poco a poco y cada noche me iba enterando un poco más de éste sujeto tan peculiarmente encantador. Así me di cuenta que le encantaba hablar hasta por los codos, que tenía cierta afición por lo esotérico (yo creo que éste canaleaba en las mañanas entre Jeanine y el profesor Salomón), que le encantaba el sexo tántrico … ahh!  Y que era bisexual, pero obviamente no lo deduje con sus palabras, solo que cuando le pregunte sobre su sexualidad, me decía que le encantaban ambos sexos por igual, pero que simplemente su único título era “Jairo” y que con el sobraban esas etiquetas (me perdonan, pero eso es típica disculpa de niño bisexual que no quiere ser identificado como mitad-marica). Si había algo que le disgustara a Jairo era interactuar con otros homosexuales, decía que le irritaba que otro hombre lo tocara sin permiso, y que sería capaz de moler a golpes a cualquiera que lo intentara, incluso así fuera amigo.

Entre todas esas facetas, había una que Jairo no debió mostrarme y que fue decisiva para retirarme de sus amistades: Era terriblemente exhibicionista. A cada rato me enviaba fotos suyas en todas sus facetas, que el Jairo fiestero, el Jairo en la finca, el Jairo en Medellín, el Jairo cabalgando y obviamente el Jairo Modelo… la verdad nunca pude entender (con todo respeto Jairo, si algún día llegas a leer esto) como era que en una ciudad como Cali contrataban a este man para fotos en calzoncillos cuando perfectamente habrían podido contratar a Javier Jattin o a Italo Londeros, O sea, el man no se veía mal en calzoncillos, tenía nalgas bonitas… pero la cara no le ayudaba mucho… Yo creo que Jairo se lo daba al fotógrafo y el fotógrafo con tal de recibir sus favores sexuales (Posa Amor! Posa! Hazle el amor a la cámara!) le decía que se veía divino y que era el próximo Tyson Beckford de las pasarelas colombianas. 

Sumado a su “prometedor” futuro como modelo, estaba el hecho que en buena parte de sus fotos siempre estaba en unas haciendas que parecían casas de ricos como esas que salen en las novelas de Televisa y Teleinmundo. La mayor parte del tiempo aparecía bronceándose al lado de una piscina, sentado bebiendo whisky en un megacomedor o feliz bailando con otros tres cristianos en el bar de la finca. Luego me mostró fotos de un apartamento que estaba remodelando y que necesitaba el visto bueno de un amigo con buen gusto (soy algo fashionista, tengo que confesarlo) entonces me mostró sus fotos de la cocina y el comedor y la cuestión loft y esto y lo otro y… bueno, lo primero que vino a mi cabeza cuando veía esas fotos era ese capítulo de Las Casas de los Famosos que salía en metrocuadrado.com donde se le entraban al rancho a Liliana Lozano, a la que encontraron muerta junto con el hermano de un narcotraficante que habían asesinado en España. Era una parafernalia casi idéntica, descomunal…

La tapa cuando este tipo me habla de sus gustos a la hora de vestir, como cuando me confesó que recientemente había comprado unos mocasines en piel de cocodrilo (me indignó terriblemente porque para colmo de males soy ecologista) que para variar eran como Lacoste o algo asi, y además de eso me hablaba de sus pantalones Armani, sus camisetas Dolce & Gabanna, sus camisas Ralph Lauren, sus gafas Prada… A esta altura ya me empezaba a cansar la cuestión de las marcas, yo que a duras penas puedo con el Chevignon toda esa fijación con la ropa ya me parecía estridente y bastante extraña, ya me sentí en alerta amarilla con este personaje.

Olvidé decir que le gustaban las rancheras, los corridos prohibidos y Pipe Bueno? Ya esta sopa de coincidencias me sabía extraño, este tipo era la antítesis de esos principios con los que me educaron, donde la sencillez es lo que hace la clase y donde toda rana llamativa es simplemente venenosa y peligrosa. Una noche entre chiste y chanza, le solté el siguiente interrogante:  

A todas estas, que vienes siendo en realidad?? Puto o Traqueto??

Nota del blogger: La intención de ésta última entrada no era enlodar la imágen de Cali. El protagonista de ésta historia no describe un perfil general ni mucho menos un estereotipo. Abrazo para mis lectores de Cali y mil disculpas si se molestaron por el contenido de este blog.

4 comentarios:

  1. Esta entrada me recuerda una situación aprecida que vive con alguien que conocí por TW, un heredero multimillonario, psicólogo y bipolar...
    Quedo pendiente para saber qué pasa y si alcanzó a enviarte fotos de su zoológico privado.

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  2. Genial la frase final... nada mas que agregar.

    Saludos

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  3. Espero que sigas escribiendo.... son muy buenos los escritos! en serio! :D que estes bien... y pues hay más peces en el agua!

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