Desde que tengo uso de razòn me amedrentaste, me venciste, me tumbaste contra la lona una y mil veces. Me robaste horas de sueño, me hiciste contemplar mi escena de muerte en un sinfin de ocasiones. Me dejaste en la lluvia, herido, cansado, muerto, torturado...
Fuiste uno de mis peores demonios, tomaste mil formas... incluso mil caras, entre ellas, las que yo mas quería.
Hace cinco años me atreví a pronunciar tu nombre... desde ese dia ya no te vi tan grande.
Hace tres llamé a las armas, empleé batallones y los eduqué para atacarte por todos los frentes.
Pero hoy... hoy después de muchas batallas y de ver morir a muchos de mis hombres, hoy... te he expulsado de mi nación y he acabado con el reinado de terror que ejerciste sobre mi durante mas de veinte años.
Si, se que siempre estaras aqui alrededor, asustandome, intentando atacar por el flanco más débil, pero sabras, ya me las arreglaré para enfrentar tu constante amenaza.
Hoy estoy agotado, estoy luchando contra un demonio mas grande que tu y que ha desatado todo un conflicto interno en mi patria. Pero tu... homofobia, closet o como quiera que te llames, hoy... ya no eres más que un insignificante duende.
Que tengo mucho que hacer, que tengo
que pensar en mi proyecto de la universidad que tengo que entregar en Enero
pero que me tomo un poco de ese tiempo para pensar en el.
Que durante un rato en esta tarde
recordé su espeso bigote, ese que le observé tan detenidamente hace unos días;
También, en los labios carnudos que se le dibujan en medio de todo ese vello
facial.
Que “relincho” en esta tarde de
domingo, aquí ataviado en mi estrés académico, mientras evoco esas curvas que
se arman en su rolliza figura, las mismas que rocé con mi mano hace apenas unos
días con el interés de entrar en contacto con su anatomía sin que el se
incomodara.
Que cada vez que terminamos
nuestras tertulias me gustaría acompañarlo hasta la casa y quizá robarle un beso
en la entrada del edificio.
Que me gusta verlo sentado en el
piso, hablando de los juguetes que aún le regalan, o de los dibujos animados
que recuerda de su niñez. Aún cuando yo pretenda burlarme de algunos de sus
gustos, lo que sucede en mi silencio es que me está empezando a gustar el niño
interno que deja salir cuando está conmigo.
Y que hoy, en esta tarde de
domingo, me hubiera encantado tenerlo en mi cama, no para devorarlo sino para
que juegue con sus juguetes, para que cambie el canal de tv que no está viendo
y yo pretenda que su actitud me molesta.
Se lo diría todo ahora, pero prefiero
que este cariño que le empiezo a tener se cocine a fuego lento y que no
sospeche las ganas tan horribles que tengo de estar con el.
Hacía tiempo que Juan David (a quien muchos de ustedes conocen como @OhMyFuckingJuan) y yo estábamos pensando en hacer de las Crónicas un vlog. Hace unos días, aprovechando que necesitaba hacer un trabajo para su clase de video, decidimos hacer pública una historia que habia pasado hace poco. Esta vez le pedí a Juan que me prestara su voz, su escenografía y su ingenio para hacer videos y lo convirtieramos en una historia. Ahí les va...
Mi closet está compuesto de
espejos , es como una de esas celdas que usan las bailarinas exóticas donde por
unas monedas ellas performan un baile para una cantidad indeterminada de
espectadores.
En mi caso, los espejos reflejan
quien está afuera, de tal manera que deacuerdo a quien venga a verme, yo puedo
performar un acto teatral para esconder eso que no debo nombrar.
Cada vez que rompo un espejo me
siento aliviado, vacío… desnudo.
Aliviado porque me quito un peso de encima...
Vacío porque le arrebato a alguien la imágen que tenía de mi durante años...
Desnudo porque algo que intenté esconder tan sigilosamente sale a la luz y me muestra tal cual es... débil y con frio.
Cada vez que rompo un espejo de
mi closet muero un pocoporque me corto con los vidrios rotos de la realidad… me entero de cosas que no me
quiero enterar y es en parte porque veo el mundo como es: con verdades latentes,
con miedos que parecían enanos en la ventana pero que en realidad son gigantes y
se hacen mas grandes si me niego a salir a la puerta cada vez que golpean y preguntan por mi.
Mi closet es una celda pequeña
donde pinto mentiras bonitas sobre mi en los espejos y soy felíz dentro de
ellas porque me las creo…
… pero llega a ser tan pequeña
que me falta el aire.
Es posible que a
Alejandra Azcárate le salgan de vez en cuando apuntes jocosos y sea la
adoración de un país; sin embargo, con su último artículo en la revista
Aló, llevó el humor lejos y las risas dejaron de escucharse.
La siguiente diatriba
no es publicidad para Alejandra, es simplemente una diatriba contra todos esos
personajes que piensan que la felicidad radica en seguir al pie de la letra
todos los patrones que la sociedad intenta meternos a las malas.
Sucedió hace algo menos de un año. Tenía unos dolores de
cabeza molestos y era tiempo de ir al médico para saber de que se trataba. De ahí
me remitieron al neurólogo… la verdad fue una experiencia poco menos que
agradable.
-Me parece que tienes que perder peso, estas muy
gordo. (Puto Doctor, con el “perder peso” ya era suficiente…)
-Uhmmm… tengo que llegar a un punto de peso de
ideal por si me tienen que operar?
-De hecho no, pero es importante para la vida que
bajes de peso; a las mujeres no les gustan los hombres gordos…
Respetadísimo Doctor,
he de decirle que su diagnóstico en cuanto a mi imagen corporal me importa una
prostituida insignificancia. Apreciaría su comentario y lo tomaría como un
aliciente para seguir trabajando por mi buena salud, pero dado el desdén con el
que usted se ha expresado sobre mi figura, he de mostrarme en protesta por la
manera en que fui vilmente humillado en su consultorio. Le sugiero se limite a
juzgar simplemente lo que en su labor como neurólogo le compete, por el bien de
sus pacientes y de su prestigio.
P.D: Soy homosexual, me
importa muy poco la opinión de las mujeres y al contrario de lo que usted piensa,
a mi me encantan los gordos.
Ustedes en serio creen que yo fui capaz de contestar eso?
Obvio no! Tal selección de palabras solo se logra con la cabeza fría y yo la
verdad en ese momento salí bastante molesto de esa cita como para portarme
decente. Al final hice uso de la odiosa
prudencia que muy fielmente mi santa madre me enseñó: Hacer una sonrisa
compungida y decir “Buen día Doctor, muchas gracias”.
Yo creo que el pobre doctor, el ser educado a la vieja
usanza lo volvió odioso. El patrón de aceptación social al que quería someterme
en su consulta fue el mismo del que fue víctima. Quieren que seamos casta
española al 100%, altos y de figura atlética, excelentes estudiantes y
deportistas, católicos de todos los domingos a misa, con buenos trabajos y sueldos que superen los
siete ceros, y de preferencia heterosexual…
Esos estereotipos la verdad me empiezan a valer huevo: De
que vale seguir a una sociedad, que como vieja amargada, jode por todo?
Al diablo hijuemadres! Yo nací y moriré gordo y gordo me veo
bonito y punto. Obvio no me voy a morir de un infarto y haré ejercicio de
vez en cuando… pero que no me muera de
desesperación porque el resto de la gente le parezca si soy bonito o no. Dios
me libre!
Me encantan los gordos, crecí entre ellos… que le hago? Tienen
una personalidad magnética, descarada, arrolladora. Son los manes más dulces
del mundo. Las viejas también son divinas, buenas bailarinas, y deben hacer
maravillas en la cama… Obvio no demerito a los flacos, solo que no son mi tipo,
pero celebro que a otros les gusten… Bacanisimo que a todos no nos guste lo
mismo y gocemos de la diversidad que el mundo nos regala, que no?
Por eso cuando vaya al paseo en Santa Marta y vea a la gorda
en tanga o el gordo en narizona, haga como si no viera nada, sonría porque ese
personaje tiene la personalidad de la que quizá usted carezca. Total, quien es más
felíz? Ella o el con su osadía o usted con sus prejuicios?
Que pena por el abandono al que los tengo sometidos. Se les
extraña.