abril 22, 2013

Yo escojo









Nadie me preguntó si quería venir al mundo. Nadie me preguntó si quería ser colombiano. Nadie me preguntó si quería ser educado bajo los principios de la fé católica. Nadie me preguntó si estaba de acuerdo con las leyes aprobadas por la Constitución de 1991. Nadie me preguntó si quería ser homosexual…

… Perdónenme, pero me “mamé” que escogieran por mi.

Nadie me preguntó si quería ser el hijo de mi papá y mi mamá tampoco. 

Mi papá es clasista y mi mamá es una rezandera tremenda. Mi papá se le atraviesa a los carros algunas veces y les grita improperios a otros conductores. Mi mamá hace chistes malos, es terriblemente escandalosa en algunas ocasiones y tiende a combinar el tuteo y el ustedeo en la misma frase. Mi papá hace unos días trató muy duro a un tipo que solo quería unas cuantas monedas. Mi mamá regatea constantemente.

… Mi papá un día me llamó “María, llena eres de grasa”. Mi mamá me dijo que estaba tan gordo que mi trasero se desbordaba cuan espuma de cerveza sobre la silla del computador.

Si. Es posible que las veces en que mis padres me hicieron sentir pequeño sean incontables.

Mi papá llora cuando salgo del país y le digo “Tranquilo viejo, prometo que estaré bien”. Mi mamá se levanta a las 4 am para prepararme agua de frutas y ayudarme con la tesis de la universidad. Mi mamá también lloró cuando le dije por teléfono: “Mamita! Nos  sacamos 4,5 en la tesis”.

(Es aquí donde yo tomo la pausa en mi escritura y lloro también)

Cuando les dije a Papá y a Mamá que por mi parte no iban a tener una nuera sino un yerno, ellos lo tomaron civilizadamente. No me dieron una paliza, no me echaron a la calle ni me dejaron de hablar. Me dijeron que les diera tiempo para asimilar los cambios, pero que mientras no dejara de ser el hombre a quienes ellos criaron y vieron crecer, yo podría ser la persona que quisiera mientras fuera felíz.

Tampoco puedo contar las veces en que mis papas me hicieron sentir grande.

Ella y el cometieron muchos errores en mi crianza, me llenaron de uno que otro trauma y todo ello definió la persona que soy. Total, quien en este mundo puede decir que está libre de traumas? Los traumas se hicieron para que las personas los sobrevivieran y salieran adelante. 

Siendo ese el caso, yo escojo a mis padres porque ellos no me escogieron. No escogieron si iba a ser hombre o mujer, no escogieron si iba a ser flaco o gordo o con cabello castaño y tampoco escogieron si querían tener un hijo homosexual. En la incertidumbre de saber en qué tipo de hombre me iba a convertir, ellos escogieron amarme y quedarse conmigo.  

Si ella y el hubieran sido el y el o ella y ella, también los habría escogido. Mientras conservaran sus defectos y virtudes, no me habría importado el “qué dirán?”: habría cargado con “ese estigma” con todo el amor del mundo y aun así me sentiría orgulloso de ellos.

Volviendo a la realidad, y siendo yo quien escoge en estos momentos, yo escojo no casarme y escojo no tener hijos. Escojo que en el momento en que decida tenerlos, me gustaría que tuvieran un papá y una mamá al lado, simplemente porque a mi me agradó tener las perspectivas de un hombre y una mujer durante mi crianza y desearía que mis hijas o mis hijos gozaran de esa influencia. 

Pero se trata de lo que escojo para MI familia: No escojo por mis amigos ni amigas ni por los que son como yo. Si ellas o ellos escogen ser felices, hacerse felíz el uno al otro y están preparados para traer otra persona al mundo o terminar de criar a alguien cuyos progenitores no tenían ni idea de como hacerlo, quien soy yo para decirles que no deben hacerlo?

Mientras tanto, a quienes están temerosos de que el matrimonio igualitario y la adopción por parejas del mismo sexo sean aprobados en Colombia, les cuento que si dichas condiciones son legalizadas, el mundo no será un mejor lugar, pero tampoco será peor. Simplemente todo seguirá igual pero habría un poco más de justicia. 

Para cristianas y cristianos de buena fe que se escogieron leer mi blog (y espero se persignen después de hacerlo) tengo los siguientes cuestionamientos:
1.   Si yo, supuestamente, voy al infierno por los pecados de otros, no creen que el destino de la humanidad después de la vida prácticamente está decidido? Y si no es el caso, en que le afecta su ida al cielo si yo escojo ir al infierno?
2.      Sabían que los homosexuales en teoría ya pueden adoptar en este país?
3.    Realmente se han puesto en el lugar de ese niño o niña que anda sin tutela ni amparo, que desea fervientemente estar al cargo de una familia que le brinde amor y cuidados, al que una sociedad que le ha dado la espalda pero que escoge por el o ella y le dice: “Escogemos que te mueras de hambre y de frío, antes que verte criado por un par de maricas”?

Yo escojo desearles que la paz reine en sus conciencias. 

Buen día.

diciembre 24, 2012

Libre...

Creo que hoy se acabo esta guerra...


Me cansé , ya estuvo bueno, ya no más.

Desde que tengo uso de razòn me amedrentaste, me venciste, me tumbaste contra la lona una y mil veces. Me robaste horas de sueño, me hiciste contemplar mi escena de muerte en un sinfin de ocasiones.  Me dejaste en la lluvia, herido, cansado, muerto, torturado...

Fuiste uno de mis peores demonios, tomaste mil formas... incluso mil caras, entre ellas, las que yo mas quería.

Hace cinco años me atreví a pronunciar tu nombre... desde ese dia ya no te vi tan grande.

Hace tres llamé a las armas, empleé batallones y los eduqué para atacarte por todos los frentes.

Pero hoy... hoy después de muchas batallas y de ver morir a muchos de mis hombres, hoy... te he expulsado de mi nación y he acabado con el reinado de terror que ejerciste sobre mi durante mas de veinte años.

Si, se que siempre estaras aqui alrededor, asustandome, intentando atacar por el flanco más débil, pero sabras, ya me las arreglaré para enfrentar tu constante amenaza.

Hoy estoy agotado, estoy luchando contra un demonio mas grande que tu y que ha desatado todo un conflicto interno en mi patria. Pero tu... homofobia, closet o como quiera que te llames, hoy... ya no eres más que un insignificante duende.

He dicho.


diciembre 09, 2012

Quickie





Me gustaría decirle…

Que tengo mucho que hacer, que tengo que pensar en mi proyecto de la universidad que tengo que entregar en Enero pero que me tomo un poco de ese tiempo para pensar en el.

Que durante un rato en esta tarde recordé su espeso bigote, ese que le observé tan detenidamente hace unos días; También, en los labios carnudos que se le dibujan en medio de todo ese vello facial. 

Que “relincho” en esta tarde de domingo, aquí ataviado en mi estrés académico, mientras evoco esas curvas que se arman en su rolliza figura, las mismas que rocé con mi mano hace apenas unos días con el interés de entrar en contacto con su anatomía sin que el se incomodara.

Que cada vez que terminamos nuestras tertulias me gustaría acompañarlo hasta la casa y quizá robarle un beso en la entrada del edificio.

Que me gusta verlo sentado en el piso, hablando de los juguetes que aún le regalan, o de los dibujos animados que recuerda de su niñez. Aún cuando yo pretenda burlarme de algunos de sus gustos, lo que sucede en mi silencio es que me está empezando a gustar el niño interno que deja salir cuando está conmigo.

Y que hoy, en esta tarde de domingo, me hubiera encantado tenerlo en mi cama, no para devorarlo sino para que juegue con sus juguetes, para que cambie el canal de tv que no está viendo y yo pretenda que su actitud me molesta. 


Se lo diría todo ahora, pero prefiero que este cariño que le empiezo a tener se cocine a fuego lento y que no sospeche las ganas tan horribles que tengo de estar con el.
 




agosto 15, 2012

Antonio

Hacía tiempo que Juan David (a quien muchos de ustedes conocen como @OhMyFuckingJuan) y yo estábamos pensando en hacer de las Crónicas un vlog. Hace unos días, aprovechando que necesitaba hacer un trabajo para su clase de video, decidimos hacer pública una historia que habia pasado hace poco. Esta vez le pedí a Juan que me prestara su voz, su escenografía y su ingenio para hacer videos y lo convirtieramos en una historia. Ahí les va...


julio 30, 2012

Cada vez que salgo del closet muero un poco...


 

Mi closet está compuesto de espejos , es como una de esas celdas que usan las bailarinas exóticas donde por unas monedas ellas performan un baile para una cantidad indeterminada de espectadores.

En mi caso, los espejos reflejan quien está afuera, de tal manera que deacuerdo a quien venga a verme, yo puedo performar un acto teatral para esconder eso que no debo nombrar.

Cada vez que rompo un espejo me siento aliviado, vacío… desnudo.

Aliviado porque me quito un peso de encima...

Vacío porque le arrebato a alguien la imágen que tenía de mi durante años...

Desnudo porque algo que intenté esconder tan sigilosamente sale a la luz y me muestra tal cual es... débil y con frio.

Cada vez que rompo un espejo de mi closet muero un poco  porque me corto con los vidrios rotos de la realidad… me entero de cosas que no me quiero enterar y es en parte porque veo el mundo como es: con verdades latentes, con miedos que parecían enanos en la ventana pero que en realidad son gigantes y se hacen mas grandes si me niego a salir a la puerta cada vez que golpean y preguntan por mi. 

Mi closet es una celda pequeña donde pinto mentiras bonitas sobre mi en los espejos y soy felíz dentro de ellas porque me las creo…

… pero llega a ser tan pequeña que me falta el aire.

julio 05, 2012

Perdí la línea… no por ello la razón!



Es posible que a Alejandra Azcárate le salgan de vez en cuando apuntes jocosos y sea la adoración de un país; sin embargo, con su último artículo en la revista Aló, llevó el humor lejos y las risas dejaron de escucharse. 

La siguiente diatriba no es publicidad para Alejandra, es simplemente una diatriba contra todos esos personajes que piensan que la felicidad radica en seguir al pie de la letra todos los patrones que la sociedad intenta meternos a las malas.

Sucedió hace algo menos de un año. Tenía unos dolores de cabeza molestos y era tiempo de ir al médico para saber de que se trataba. De ahí me remitieron al neurólogo… la verdad fue una experiencia poco menos que agradable. 

-        Me parece que tienes que perder peso, estas muy gordo. (Puto Doctor, con el “perder peso” ya era suficiente…)
-        Uhmmm… tengo que llegar a un punto de peso de ideal  por si me tienen que operar?
-     De hecho no, pero es importante para la vida que bajes de peso; a las mujeres no les gustan los hombres gordos…

Respetadísimo Doctor, he de decirle que su diagnóstico en cuanto a mi imagen corporal me importa una prostituida insignificancia. Apreciaría su comentario y lo tomaría como un aliciente para seguir trabajando por mi buena salud, pero dado el desdén con el que usted se ha expresado sobre mi figura, he de mostrarme en protesta por la manera en que fui vilmente humillado en su consultorio. Le sugiero se limite a juzgar simplemente lo que en su labor como neurólogo le compete, por el bien de sus pacientes y de su prestigio.

P.D: Soy homosexual, me importa muy poco la opinión de las mujeres y al contrario de lo que usted piensa, a mi me encantan los gordos.

Ustedes en serio creen que yo fui capaz de contestar eso? Obvio no! Tal selección de palabras solo se logra con la cabeza fría y yo la verdad en ese momento salí bastante molesto de esa cita como para portarme decente.  Al final hice uso de la odiosa prudencia que muy fielmente mi santa madre me enseñó: Hacer una sonrisa compungida y decir “Buen día Doctor, muchas gracias”.

Yo creo que el pobre doctor, el ser educado a la vieja usanza lo volvió odioso. El patrón de aceptación social al que quería someterme en su consulta fue el mismo del que fue víctima. Quieren que seamos casta española al 100%, altos y de figura atlética, excelentes estudiantes y deportistas, católicos de todos los domingos a misa,  con buenos trabajos y sueldos que superen los siete ceros, y de preferencia heterosexual…

Esos estereotipos la verdad me empiezan a valer huevo: De que vale seguir a una sociedad, que como vieja amargada, jode por todo?

Al diablo hijuemadres! Yo nací y moriré gordo y gordo me veo bonito y punto. Obvio no me voy a morir de un infarto y haré ejercicio de vez  en cuando… pero que no me muera de desesperación porque el resto de la gente le parezca si soy bonito o no. Dios me libre!

Me encantan los gordos, crecí entre ellos… que le hago? Tienen una personalidad magnética, descarada, arrolladora. Son los manes más dulces del mundo. Las viejas también son divinas, buenas bailarinas, y deben hacer maravillas en la cama… Obvio no demerito a los flacos, solo que no son mi tipo, pero celebro que a otros les gusten… Bacanisimo que a todos no nos guste lo mismo y gocemos de la diversidad que el mundo nos regala, que no?

Por eso cuando vaya al paseo en Santa Marta y vea a la gorda en tanga o el gordo en narizona, haga como si no viera nada, sonría porque ese personaje tiene la personalidad de la que quizá usted carezca. Total, quien es más felíz? Ella o el con su osadía o usted con sus prejuicios?

Que pena por el abandono al que los tengo sometidos. Se les extraña.

octubre 31, 2011

Ayer, cuando yo era Homofóbico


“En qué tipo de sociedad vivimos, que para ser aceptados se nos obliga a rechazar a otros? ”.

 

Hacia el segundo semestre de ese año, ingresé al coro de la universidad. Necesitaba despejar mi mente de las inagotables líneas de código que por esos días eran (y son) mi agonía… además necesitaba buscar ese niño prodigio que había perdido cuando tenía 13 años, en un diciembre en el cual su voz de Farinelli se tornó en un horrible canto de pato puberto.

Resultó que después de la prueba no lo hice tan mal, de hecho, clasifiqué como Bajo (siempre pensé que iba para tenor) y mi emoción era notable porque el tono de mi voz, en teoría, podría alejar cualquier rumor sobre mi sexualidad.

… Bueno, al menos dentro del coro podría funcionar; cuando mis compañeros de la u se enteraron no demoraron en hacer comentarios al respecto: Cantar es para las viejas y para los maricas, así que si Andrés está en el coro…

Cuando nos ubicaron de acuerdo a nuestras voces, a mi lado encontré un estudiante de Comunicación Social que se llamada Vladimir; medía más o menos lo mismo que yo, tenía una cara cuyos rasgos parecían haber sido el resultado de su piel halada hacia arriba con la excepción de sus espesos labios que aún recuerdo con deleite… también usaba frenos como yo, lo cual lo hacían un hombre igual de feo, y por ende, las comparaciones serían innecesarias.

Pues resulta que si bien el muchacho no era muy agraciado facialmente, tenía un carisma que agradaba a todas las niñas, e incluso al cabo de un tiempo fui yo quien cai también en esa horda de admiradores, porque era un bacán que compartía sus partituras y además de eso siempre lo hacía con una sonrisa de oreja a oreja… ah! Además me tuteaba… y bueno… Tenía un trasero… Y unas manotas! En fin, yo y mis gustos exóticos.

Sucede que Vladimir tenía un séquito de amigos, que botaban más pluma que contrabando de aves exóticas: Paulo (el mejor amigo), Sergio  (o ‘Sergie’, futuro activista y peluquero),  Milo (ese si era el verdadero Farinelli) y Gabo (sin comentarios) todos ellos tenores; de ahí que en el coro empezó a cundir la mala fama de los tenores y todo aquel que fuera Bajo se consideraba fuera de toda sospecha. A pesar de sus amistades, las niñas guardaban la esperanza que Vladimir, por ser bajo, no corriera la misma suerte.

Las sospechas sobre Vladimir se hicieron latentes cuando el coro viajó por 14 horas a una presentación en un pueblo del Magdalena Medio. Todo el mundo sacó guitarras e hizo gala de sus talentos musicales, y siendo un experto guitarrista, Vladimir se cantó alguna pieza medio romanticona, sentándose enfrente de su amigo Paulo y a quien le cantó con tanta emoción que de la escena emergieron corazoncitos invisibles que causaron estupor en los bajos y desilusión en las soprano y las contralto. Ni que decir que cuando Paulo y Vladimir se acomodaron en su silla y se arruncharon… ahí ya todas las dudas estaban despejadas.

-          La madre que si mi mejor amigo me canta así y se me arrunche al lado, soy capaz de romperle la guitarra y amarrarle las cuerdas como corbatín, a ver si se le acaba la ‘maricada’!- dijo mi compañero de silla.

Yo tenía sentimientos confundidos: Por un lado empecé a morbosear con la idea que a Vladimir y a mí nos hicieran compartir habitación, y que después de unas cervezas en el bar  me hiciera suyo ( Papi poséyeme!) en el baño del cuarto; Por otro lado, lo mejor era alejarme de él y de hacerle cualquier sonrisita o gesto amable a riesgo de convertirme en ‘tenor’.

En el hotel había espacio para seis en cada cuarto, y como éramos 18 hombres, era obvio que a los ‘tenores’ lo iban a mandar a un cuarto aparte pero igual necesitaban uno más para llenar el cupo. Los pocos tenores que se salvaban de la mala fama y el resto de bajos (sin incluir a Vladimir) empezamos a cruzar miradas de miedo sobre quien iría a ese cuarto de perdición. El director del coro volteó los ojos ante la inmadurez de sus voces masculinas y no le vió agüero en compartir cuarto con los infames tenores.

Para colmo de males, los tenores dormirían en el segundo piso del hotel, alejados del resto del coro quienes ocupábamos el primer piso. Fue ahí donde este pecho que les escribe, aprovechó el momento para alejar cualquier sospecha sobre su sexualidad y montó un espectáculo tan gracioso pero tan denigrante que al día de hoy todavía lo recuerda con bastante desagrado:

-          Si saben que en el 201 esta noche habrá ‘trencito’, no? A penas se duerma el maestro …

Lo siguiente que hice fue empezar a brincar cuan conejo en celo por todo el patio mientras el resto de mis compañeros estallaban en carcajadas. Cuatro de mis compañeros bajos empezaron a seguirme la corriente y todos simulábamos el famoso tren. Dada mi danza ridícula, estos pobres muchachos serían denominados por el resto del año como “Los Conejos”.

Los pobres ‘conejos’ fueron víctimas de los silencios repentinos y las risitas tontas durante el resto del paseo. Ellos sabían bien la razón y no le dieron importancia, pero creo que no sabían que el motivo de las risitas era que cada vez que los veían, pintaban en sus siluetas el bailecito tonto que yo había protagonizado la noche previa a la presentación. Durante el viaje de vuelta los conejos no cantaron, no sacaron guitarras y cada quien durmió en su silla mirando afuera.

Para suerte de los conejos, los exámenes finales se acercaban y yo ya no podría asistir a los tres ensayos semanales, solo a los de las ceremonias de grado y algunas novenas en la capilla de la universidad. Durante esos ensayos se acabaron las risitas y los buenos gestos con Vladimir, a duras penas nos saludábamos. No volví más al coro porque no quería levantar mala fama entre mis amigos y además porque con tanto ensayo nocturno me tiré dos materias ese semestre.

Tiempo después es que me pregunto que habrán pensado todos los pobres sujetos de los que me burlé en esas ocasiones… Cual habrá sido su mayor pecado para que se ganaran ese trato? Saludar con cordialidad? Compartir partituras con el compañero de al lado? Cantarse canciones para expresar sentimientos escondidos? O Pedir que se cantara Caraluna o la Maldita Primavera cuando se escucha a Enrique Bunbury? Pues… señores coristas, la verdad ustedes no tenían la culpa de nada… simplemente fueron víctimas de un enclosetado homofóbico!

No es algo de lo que me sienta orgulloso en haber hecho, más aún cuando comprendí que lo que estaba haciendo era vengándome con esos muchachos por todo el rechazo que sufrí en la mitad del bachillerato. Me porté de manera violenta porque tenía miedo de volver a ser señalado, y la mejor manera de acallar cualquier sospecha era señalando a otros.

Cuando veo como una horda de desconocidos se despachan en improperios hacia los que como yo, gustan de los de su mismo sexo, es como si me viera en cientos de miles de espejos, retratando lo que yo solía ser y lo frustrado que me sentía en ese entonces… incluso con aquellos que dicen estar curados de ser homosexuales (notan con que rabia se expresan contra sus antiguos compañeros de causa? Ustedes creen que si en realidad estos sujetos se han curado tendrían toda esa ira acumulada?)…

…O sea señores homofóbicos, tranquilos que no somos zombies ni vampiros que buscamos crear ejércitos para acabar con la sociedad y alzarnos cuan nuevos nazis sobre este planeta! sabemos que ser gay es “pa’machos” … no es para todo el mundo! Gracias a ustedes y a las lecciones que a las malas nos han querido enseñar, hemos aprendido a respetar la diversidad.

Hagan lo que hagan, queridos homofóbicos, yo estoy aprendiendo a ser felíz conmigo mismo, me está costando trabajo, pero llegará el día en que “me quite este demonio que cargo atrás y que no me deja bailar”. No se qué tipo de felicidad les genera discriminar a otros, pero si ese es su ideal pues bien por ustedes… a mi ya me dejará de importar!
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Epílogo:

Hace algunos días encontré a Vladimir, en un conocido bar gay de la ciudad. Cuando lo ví lo saludé y me lo llevé al área de no fumadores para ofrecerle disculpas por mi comportamiento años atrás. Cuando le conté sonrió, me dijo que no se había dado cuenta de esa situación y que más bien toda esa payasada le causaba risa. Terminé y me abrazó, me felicitó por tener el valor para pedir perdón, y me dijo que con el hecho de tener mi mente tranquila era todo el perdón que yo necesitaba.

Ahora la maldición por tantos años de homofobia es que los tipos no se me acercan, aparentemente porque soy demasiado hétero para el gusto de ellos… Ay Dios!